Érase una vez una niña que no podía andar, era discapacitada. Cuando se hizo grande todos sus amigos/as se reían de ella. La niña ofendida se fue a su casa. Una amiga fue a consolarla pero ella no podía creerlo. Decía que era una niña como todas las demás. Que la trataran igual. Porque esté discapacitada no significa que se tengan que meter con ella.
Al día siguiente fue al colegio y ya no le importaba lo que le dijeran. Porque sabía que ella era normal como otro niño/a. Si ellos/as fueran discapacitados no les gustaría que los insultasen porque estarían ofendidos. Los padres de la niña están contentos porque su hija había superado sus dificultades.
Entonces el médico le dijo que tenia solución. Tendría que descansar y no hacer esfuerzos. Más tarde la operarían y, que si salia bien la operación, podría tener una vida normal como casi todos los niños/as. Cuando la operaron ella fue feliz para siempre.
